lunes, 22 de octubre de 2007

Desde el epicentro de la nada traté de hacer perceptible el silencio; del silencio, conseguir la voz. La voz fugaz se hizo eco, y el eco nuevamente silencio, atraído por el epicentro gravitatorio de la nada. Todo intento de ascensión es una lenta caída hacia el abismo.

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