domingo, 21 de octubre de 2007

El sol descendía lateral hasta nosotros, o a la inversa. Caminamos hacia el lugar de otros veranos. Hablábamos o hacíamos que habábamos. Uno hubiese querido, en ese momento, sin llegar a ser del todo irreverente, que hubiese sonado la música de Chet Baker, pero lo único que sonaron fueron las señales horarias de la Radio Nacional mientras el gesto de Eva se descomponía bajo la pálida luz de la mañana.

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